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El Legado Cultural de los Carabalíes: El Surgimiento del Abakuá en Cuba

En el vibrante telón de fondo histórico de Cuba, los carabalíes, esclavos arrancados de su tierra bajo el yugo de la trata, desempeñaron un papel fundamental. En el año 1836, estos individuos introdujeron en la isla el intrigante culto abakuá, una agrupación religiosa y mutualista que inicialmente estaba reservada exclusivamente para hombres negros, pero que con el tiempo abrió sus puertas a mestizos, chinos e incluso blancos. Este culto, enraizado en tradiciones africanas pero transformado en el Caribe mediante un fascinante proceso de hibridación, logró forjar una identidad auténticamente cubana. Este fenómeno cultural guarda similitudes con la evolución experimentada por el Palo Monte y la Regla de Ocha o Santería, originarias de las culturas bantú y yoruba, respectivamente.

Dentro de la comunidad abakuá, los acuerdos se alcanzan a través de animadas discusiones democráticas, donde tanto los jerarcas (plazas) como los demás miembros (obonekues) participan con igualdad de derechos. En este proceso, no hay intermediarios ni representantes; en cambio, la toma de decisiones se basa en la exposición y defensa de argumentos personales.

Sin embargo, esta democracia convive con un sistema de toma de decisiones que se fundamenta en el conocimiento, generalmente concentrado entre ciertos jerarcas. De este modo, emerge y se «consagra» un modelo transmisivo, donde el jerarca intelectual abakuá, reconocido y respaldado por un consenso, ya sea consciente o no, despliega su habilidad para persuadir y transmitir conocimiento.

Este enfoque revela su eficacia de manera destacada en contextos místicos, ya que el Abakuá se distingue, y es fundamental subrayarlo, por su doble naturaleza: religiosa y mutualista. En el ámbito social, se despliegan otros mecanismos de comunicación considerablemente más democráticos, enriqueciendo aún más el tejido cultural de esta fascinante tradición cubana.

En la travesía del tiempo, los códigos simbólicos arraigados en la Sociedad Abakuá han desafiado diversas eras y fluctuaciones gubernamentales, manteniendo su influencia a lo largo de los años. La evolución de estos códigos en un contexto diferente es el resultado de una serie de accidentes, imposiciones y fusiones en el Nuevo Mundo, específicamente en la región noroccidental cubana, en los alrededores portuarios de La Habana, Matanzas y Cárdenas.

Este fenómeno cultural no solo perdura, sino que también impacta y establece vínculos con las concepciones y valores de quienes practican sus tradiciones. Los practicantes, inmersos en el tejido social de sus barrios, encuentran en este entorno un escenario vital donde se reconocen y construyen identidades sociales.

Alrededor de la Sociedad Abakuá se teje una complejidad espacial-temporal, evolutiva y adaptativa, con raíces profundas en el pasado originario. A pesar de la evolución, los elementos de diálogo siguen siendo funcionales, coexistiendo de manera armoniosa con otras religiones y formas de organización. Este proceso sincrético, enriquecido con matices, ha permitido que algunas prácticas originarias se transformen, reconfigurándose en un nuevo contexto, ya sea histórico, litúrgico o geográfico.

Prácticas culturales de la Sociedad Abakuá

Las prácticas culturales de la Sociedad Abakuá se recontextualizan en espacios donde convergen con otros cultos y confesiones, generando dinámicas comunicativas transversales que abarcan lo económico, estético, moral y espiritual. Estas dinámicas, dignas de una consideración especial, destacan la riqueza y la profundidad de esta tradición cultural que sigue floreciendo a pesar de los desafíos del tiempo.

Aunque el mito abakuá tiene sus raíces en el descubrimiento del «secreto» por una mujer llamada Sikán, lo que evidencia sus orígenes femeninos y sugiere una sociedad matriarcal o al menos matrilineal.
La Sociedad Abakuá, basada en la hermandad, surgió como un medio para trasladar prácticas culturales heredadas de los ancestros carabalíes a un nuevo contexto. Estas prácticas están vinculadas a la conservación de sus raíces a través de sociedades de mutua protección, aunque ahora en un entorno urbano distinto al nostálgico escenario africano.

Los orígenes de la sociedad Abakuá

Los orígenes de la Sociedad Abakuá en Cuba se remontan a las primeras décadas del siglo XIX, alrededor de 1834.
Este grupo, profundamente influenciado por los carabalíes, fusiona estilos, formas y modos de fraternidades europeas, dando lugar a una mixtificación social que le confiere una complejidad única en su mestizaje cultural.

La esencia del sistema Abakuá se revela en su naturaleza orgánica y dual, expresada a través de su carácter compartido como entidad religioso-mutualista. Los integrantes de la Sociedad Abakuá incorporan diversos elementos clave:

Una mitología arraigada en la aparición del pez Tanze.
Creencias en poderes sobrenaturales y espíritus.
La delimitación de espacios y objetos sagrados.
Representaciones místicas que enriquecen su cosmovisión.
Símbolos gráficos cargados de significado, definiendo su identidad.
Un lenguaje esotérico cuidadosamente limitado a las funciones rituales.
Este complejo tejido de elementos da vida a la Sociedad Abakuá, revelando una riqueza cultural única que fusiona influencias africanas, europeas y locales.

El Legado Cultural de los Carabalíes: El Surgimiento del Abakuá en Cuba

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